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lunes, abril 03, 2006

A 24 AÑOS, UN MINUTO DE SILENCIO Y MUCHAS REIVINDICACIONES

Por Pablo Moreno
La mañana del domingo presentó un cielo totalmente nublado en Buenos Aires, mientras en la Plaza San Martín, en Retiro, se realizaban los preparativos para dar comienzo al acto en conmemoración a los caídos en Malvinas. El Centro de Civiles Veteranos de Guerra, junto a numerosas agrupaciones, organizaron el evento de recordación en el cenotafio ubicado en la plaza porteña, donde figuran los nombres de los jóvenes muertos hace ya 24 años.
Algunos minutos pasaron de las 12.20 cuando se inició el acto. El padre Martínez Torrens, veterano de Malvinas, pidió un minuto de silencio por las víctimas de la guerra, y el sol comenzó lentamente a aparecer, hecho que fue destacado luego en su discurso. Posteriormente se cantó el himno, y en su final, se observaron varios puños en alto y el canto a viva voz “¡Oh, juremos con gloria morir!”.
La consigna del acto fue clara: se puso énfasis en la reivindicación de la guerra. El veterano José Parada explicó la influencia que Inglaterra tiene todavía hoy en el país, e hizo referencia a la “expropiación de la riqueza ictícola”, el mismo camino que estaría preparando dicho país para los hidrocarburos, además de extender su jurisdicción marítima sobre el Atlántico Sur. También hizo lo propio Santiago Tettamanzi, un ingeniero que fue parte de la tripulación del barco mercantil “Río Alcarañaz”, hundido por la flota británica, que no dudó en afirmar que “la guerra la empezó Gran Bretaña”.
El micrófono pasaba de mano otra vez, y el sol había vencido definitivamente a la nubes. El vice-comodoro retirado Horacio Ricciardelli tomó la palabra y expresó que la guerra “fue motivo de unidad nacional, y no fue un acto oficial, lo impulsó el pueblo junto a las Fuerzas Armadas”. Ricciardelli exclamó que remitir la historia sólo al 2 de abril es un acto “mentiroso y canalla” y denunció la existencia de una campaña de “desmalvinización”. En sintonía con estas declaraciones, el mayor Jorge Vizoso Posse, gritó enojado por la película “Iluminados por el fuego” que “no es pacifista sino que invita a rendirse ante el poder colonial”. También defendió el servicio militar y sostuvo que al perderlo “el país se queda sin reservas y se llena de delincuentes”.
El último orador fue el contra almirante retirado Carlos Büsser, quien reivindicó la decisión de la invasión y dijo que la población festejó la guerra: “No fue una dictadura la que luchó, sino el pueblo”.
También hubo voces discordantes, que provenían de algunos veteranos, pero refiriéndose a la organización del acto. José González se quejaba en este día “nos separaron en cuatro pedazos”, en referencia a la conmemoración que organizaban otros veteranos en Plaza de Mayo.
El sol dominaba la escena e iluminaba los nombres tallados en el mármol negro del cenotafio. La única sombra existente era la que brindaba la enorme bandera argentina que flameaba en el centro del lugar. Pasadas las 13.30 se colocaron las ofrendas florales, y se culminó el acto, en el que hubo mucha reivindicación de la causa y poco homenaje a las víctimas, al grito de “¡Vivan los héroes de Malvinas, viva la patria!”